No recomiendo ni aplaudo actos o palabras que evidencien agresión o violencia física contra seres vivientes (plantas, animales, humanos) en condiciones normales de una sociedad.
Pero las condiciones de nuestra sociedad, son todo lo que se desee menos "normales".
Padecemos al presente de una dislocación social que desbarranca la estabilidad emocional ya lacerada de los puertorriqueños.
Lacerada por siglos de coloniaje.
Lacerada por el encubrimiento de su historia y autoestima cultural.
Lacerada por la crisis de violencia a causa del narcotráfico y la carencia de herramientas emocionales para doblegar la rabia, el machismo.
Lacerada por un sistema educativo que empobrece y vacía el intelecto de pensamiento crítico.
Lacerada por la cerdada que, los gobiernos elegidos por el pueblo, han realizado uno tras otro, en amargo crescendo contra el pueblo humilde, que ya no es dócil ni desinformado.
Pero en mi sueño, "tipo común" estaba en mi casa, que era otra, muy blanca e iluminada, al estilo vieja residencia de los Lennon, y junto a él, estaba su familia.
Contenta de verles, quise compartir con ellos mi humilde y escaso alimento:
Arroz blanco con garbanzos y huevo a caballo (fue lo que cené-almorcé ayer).
No sé cómo el menú que apenas alcanzaba para dos personas, alcanzó para todos (tal vez le añadí más cebolla y pimiento o ensalada), pero todos quedaron servidos.
Buen provecho!
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