Me voy a reciclar
las catorce mil vírgenes sin olas
ni abrazos
en el templo de las vicisitudes flash
de los sellitos pegados con lengua que taladra
de las hombreras arrancadas para formar un seno,
desnuda de textiles y condicionada fe
amando en delirio la montaña
su airecito de mártir
sus besos de tormenta
las cuentas de colores que se cuentan entre números rotos
que cuentan de auras desgarradas
que salvan de prisiones, de paraísos
de saber lo que nadie quiere oír;
que a saber quién sabrá al no-final, si de algo sirvió saberlo
y habernos resistido,
no al cambio, sino al exterminio
al terror de quien ampara
mientras dispara
palabras y gestos de desmoralización.
con el cabello mojado y convulso
los decreto ciegos
hasta que piensen con amor profundo en una planta de recao
y la recorran enamorados con su lengua
y se abracen a la hierba en salvaje gesto
y lloren por el lemur que abandona a su cría
o por su cría o por ambos
por el humano y su triste humanidad
por la belleza perfecta de cada centímetro del cosmos
hasta orgasmar libres de materia,
de burlas y juicios.
entonces, hablaremos de celebración.
~
2 comentarios:
detonación de tantas imágenes,tantas, que me urge seguir leyendote...
poderoso poema, tan lleno de todo lo que somos, y no deberíamos ser, y de todo lo que ansiamos con el amor a cuestas...
Fue un ataque de tormentos y tormentas dispersas.
Bueno, es.
:D
Abrazos por un 2010 de mil dichas creativas!
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