A un jardín hermoso en el bosque de
nuestra memoria, tras años de peregrinación entre túneles,
alcantarillas, desiertos, cicatrices:
¡Hola! ¿Soy la única humana aquí?
Silencio.
¡Hooola♫! ¿Soy la única
humana aquí?
Algunas ramas heridas se mecieron
por el viento.
Casi ininteligible en la distancia, les pude oir:
¡Nooo! !No eres la única!
¡Pero es mejor que huyas o te finjas muerta, no sea detecten tu presencia y te maten, convirtiéndote en lo que somos,
humanos sin sueños ni memoria, esclavos de libertad!
¿Pero, aun sigo en la Isla?
¡Contéstenme, por favor! ¿Aun estoy en mi isla?
Nadie habló más.
Comprendí que se trataba de algo más que individualista, supervivencionista o trivial.
¡Incomunicación y abandono, mismo asco!
©ALR, Puerto Rico, 2012
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