sábado, 15 de octubre de 2005

Madre!

Cruzando mi pueblo en tempranas horas de la mañana, me percaté de un contraste interesante:
La gente va en sus autos con una prisa que no comprendo, es como si los persiguieran o tuvieran alguna emergencia, nadie da paso y te echan el auto encima, en cambio, caminan por las calles lentamente, sin inmutarse si pasan autos o no, con lentitud de caravana del desierto. Esto aplica según pude apreciar, a jóvenes y adultos de todas las edades y entre lo poco que conozco, me parece que habla de nuestra condición mental colectiva.
Había unas 30 personas esperando iniciaran servicios en el Banco (sí, ese mismo), todos con rostros tensos y serios, en cambio fui a la Cooperativa y las personas allí se comunicaban entre sí haciendo chistes.
También percibí que los árboles demostraban su tristeza por nuestro trato a la Madre Naturaleza. La hemos relegado o considerado simplemente útil, cuando ella es la dueña de Todo.
¡Qué extraño, qué muchas cosas se pueden apreciar en donde no parece suceder mucho!

No hay comentarios.:

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.