martes, 10 de abril de 2007

Fue un día de resurrección

“la primavera ha traído, además de alergias, el amor”
“es un problema de agua, digo yo
de su exceso, de su falta”



Fue un día de resurrección

Fue un día de resurrección el natalicio.
Nos convidamos con brezos,
mezcla de besos y abrazos
pizca de risas y rezos,
porque hasta fe hay que tener
ante el cansancio suicida de la noche.
Cocinamos “pienso estoy muerta”,
asamos “me gusta cuando callas”.
Y no callé.
Te dije: hombre irrefutable,
atrevido
poeta sin rostro en el exilio de mis caderas,
dame tu pecho, ¡explosivo!
Tus dedos hurgan la tierra dura del alma
del huracán colmando lluvias dormidas en mi almohada
surcan profundo tus ojos la ruta de mi seda,
ardiente danza ancestral,
palabras de chubasco se deslizan de mi boca
todo es de ti, de tú en mi cuerpo
llenando sangre en los tejidos
semillas magnéticas de luz
trenzan latidos de estrella,
el cielo es tu risa, la nuestra
donde el infierno nos hizo en su dolor
resucitando la memoria que quisimos perder.
Y mi cabello verde se hace en tus manos aurora.
Wilson regresa a mi playa
trayendo olas de primavera
con cara de loco feliz en combustión espontánea.
Tú 5 orgasmos, yo 11
¡y la cárcel nos libera!

© ALR, 2007, Puerto Rico

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