Rein vén tate
Reinvéntame a la orilla del camino,
donde de niña escapaba respuestas incompletas
entre casitas pintadas de orilla sin mar,
que allí sentada, quiero abrir mi cabeza,
sacar de adentro la mujer que amaste
por ser niña,
cuando ya no era,
cuando no había nacido un tú,
sin un nosotros de rostro imperceptible
y la cabina telefónica de dónde me llamaste
no resurgía en la calle como espejismo,
agolpando mi voz al decir tu nombre,
aquellas noches en que aun dormía
sin más sueño que adorarte.
Reinvéntame a la orilla del camino,
donde de niña escapaba respuestas incompletas
entre casitas pintadas de orilla sin mar,
que allí sentada, quiero abrir mi cabeza,
sacar de adentro la mujer que amaste
por ser niña,
cuando ya no era,
cuando no había nacido un tú,
sin un nosotros de rostro imperceptible
y la cabina telefónica de dónde me llamaste
no resurgía en la calle como espejismo,
agolpando mi voz al decir tu nombre,
aquellas noches en que aun dormía
sin más sueño que adorarte.
Reinvéntame en tus vísceras
ámame fuerte,
ámame fuerte,
fúndete en mis células,
que en mi memoria somos lo inmortal
y desde ahora te amo en otras vidas
aunque la reencarnación sea un cuento.
© ALR, 2007, Puerto Rico
Imagen: Helen Bar
que en mi memoria somos lo inmortal
y desde ahora te amo en otras vidas
aunque la reencarnación sea un cuento.
© ALR, 2007, Puerto Rico
Imagen: Helen Bar
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