lunes, 26 de enero de 2009

De Sabina y su fuga


- (Fue) Un ciclo donde perdí la afición al escenario y abandoné la música. Comenzó en el 2001, ciertamente, cuando me apareció un ictus, un coágulo cerebral que me dejó medio cuerpo paralizado.
Me recuperé sin secuelas físicas pero, después de una etapa de euforia que coincidió con una buena gira por México y Puerto Rico, un miedo, algo, comenzó a funcionar dentro de mí.
Agorafobia.
Lo suspendí todo y durante mucho tiempo estuve prácticamente recluido en casa.
Poéticamente tuve la suerte de contar con buenos amigos, como Ángel González, Caballero Bonald, Almudena Grandes, Benjamín Prado o Luis García Montero; gracias a ellos y otros más fueron saliendo libros míos… y algunas letras del disco (Alivio de luto).
Miedo, lo que se dice miedo, ya no lo siento desde hace un año y medio.*
-
Joaquín Sabina


Vaya, esas no fueron "Malas compañías", de las que aplauden si jugamos "La ruleta rusa", ignorantes de estar ante "Enemigos Íntimos".
Lo otro:
Su agorafobia comenzó después de su gira por Puerto Rico.
Mmm...
Aquí hay algo en el aire que dispara trastornos de ansiedad y pánico, que paraliza.
O tal vez fue efecto neurológico del maldito-bendito coágulo (bendito porque lo dejó entre los vivos).


* De una entrevista en el 2005.

No hay comentarios.:

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.