Friedrich Nietzsche
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¿Eran sabios, paganos, brujos, reyes con séquito, nómadas, astrólogos, videntes, mentalistas?
Si tienes preguntas acerca de los famosos "Reyes Magos", cuyo día hoy celebramos (esta noche) en muchos países latinoamericanos y europeos, recomiendo este reportaje publicado en el diario El País.
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Viaje de Reyes
De niña, la noche de Reyes era la única fecha en que recibía regalos en mi casa.
Cortaba cuanta yerba encontraba en los alrededores, y colocaba el preciado material en una caja de zapatos junto a un plato con agua en algún lugar estratégico, para que los camellos, medio de transportación en que los reyes vendrían, pudieran alimentarse tras su largo viaje.
Ya entonces articulaba ciertas preguntas:
¿Y cómo es eso de que los camellos vuelan y atraviesan paredes? ¿Y por qué no me trajeron lo que pedí? ¿Y cómo es que se comen toda esa yerba? ¿Y por qué esta vez no se tomaron el agua? ¿Y por qué hay niños que no les dejan yerba? ¿No deberían hacerlo y así tener hoy juguetes?
Claro, las preguntas no eran constantes, pero suficientes para crear mutis en mis mayores, católicos conservadores que nada cuestionaban; aunque uno que otro, se inventaba cantidad de respuestas surreales que me causaban cierta molestia.
Por eso a los 6 años me convertí en espía nocturna cada 5 de enero.
Años después pasé varias temporadas pintando su imagen "real" sobre distintos materiales, pero aseguro que nunca pude verlos.
¡Nunca!
Hasta aquella noche de Reyes en que estuve a punto de paro respiratorio por asma y bronquitis.
Alucinando entre broncodilatadores y falta de oxígeno, les pedí que me salvaran, que a cambio, diría al mundo que era cierta su existencia espiritual, o sea, que los muertos que en vida fueron buenos, debidamente aclamados sí pueden hacernos favores, ya que su cuerpo material se transformó en energía que todo trasciende.
¡Entonces los "vi"!
No pude distinguir si eran tres o más, pero estaban de pie en la puerta de mi habitación vistiendo ropajes largos, coloridos, y comenzaron a reír como quien celebra un chiste, con carcajadas casi infantiles.
Eso, o estaban pasa'os de copas.
Cuando volví a respirar con normalidad, ya no estaban.
2 comentarios:
Los Reyes siguen llegando a nuestras casas mientras los llamemos. No los he visto pero sí los siento cada 5 de enero. No sé cómo pero entran todavía a mi cuarto y me dejan un regalito bajo la cama. ¿Será que todavía conservo la ilusión? ¡Felicidades, Ana!
Me he vuelto una pagana incrédula, ecumenista, agnóstica y picando pa' atea, pero a los Reyes nadie me los toca, juaz!
No sé, les tengo cariño como si fuesen antepasados.
Felicidad y salud, Siluz, para ti y los tuyos!
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