¡María, María!

De María Félix se debe haber escrito y realizado, no sé, millones de cosas, cientos de entrevistas, miles de fotos.
Ha sido llamada la última Diva, el rostro más bello del mundo, ha sido llamada mujer-fuerza, ¡fuerza!, balance entre razón, inteligencia, profesionalismo, belleza, talento, pasión, libertad.
A mujeres como ella hay que evocar, invocar, emular, en días oscuros vestidos de aparentes libertades sexuales, de eterna juventud y fiesta, en días en que el machismo heredado proviene de nosotras mismas, las evas sometidas, sometedoras a nuestra propia cárcel de pensamientos, laberinto que succiona cada vez que una mujer habla en contra de otra por su derecho a amar o ser, por su libertad para vestir, hacer o parecer, o aboga por su silencio o culpa ante injusticias o abusos que cortan sus alas, arrancando su autoestima.
Es por todo ello que a María Félix hay que escucharla, traer sus palabras a nuestros tiempos y realidad, porque ella vivió, amó y fue amada con intensidad de huracanes, sin dejar de ser la energía que se construye y reconstruye a sí misma.
¡María, María!
Yo tampoco quiero ser Julieta.

En esta entrevista, la maravillosa comenta acerca de "hacer" el amor.