Palabra,
sí, estás perdida.
Tropiezas con la verja metálica que
succiona mapas, laberintos
que divide, protege, encierra, empobrece,
combate, dignifica.
Dual, como toda realidad.
Camino a la ventana, por la ventana, tus ramas de esencias:
vainillas fantasmas al viento, polvo, gas, elixir de diesel,
vainillas fantasmas al viento, polvo, gas, elixir de diesel,
no hay sueños.
Se borran cortados al azar.
¿Cómo eres, palabra, cómo nadas en tu
sol de cientos?
Cántame una canción veraz, no de
vaqueros drogados ni silencio.
No de madres muertas por dentro,
paralizadas ante hijas derribadas de un puño por hombre venerado sabio
Padre Todopoderoso.
Tu antigua sombra emerja de la sombra,
color de todo lo cierto.
Que alguien se salve del no rehabilitado éter de la
nada, escupitajo de todo lo violado.
¡Qwerty, qwerty, qwertyrican!
Dime, ¿para qué te quiero? ¿Si no haces belleza, si no
haces amor?
¡Si revolución y justicia es vocablo impronunciable en tu garganta de veneno!
¡Si revolución y justicia es vocablo impronunciable en tu garganta de veneno!
No finjas tu muerte, que de musas estás
panza como arroz dentro del alba de un chile asado y tierno, como hambre olvidada en aire de yuca
rallada al vaivén de dulces senos.
rallada al vaivén de dulces senos.
No extrañes el afuera, adentro urgen
luchas infinitas:
Musa de pan, musa de arroz, musa de sol, musa de frío,
musa del perro ladrando en madrugadas, del café humeante del vecino, musa de
guerra, musa de paz, musa de trapos raídos, musa de dioses
sin fin, dioses en ti, dioses en mí, musa de amor, musa sexual, la confundida
aborigen salvaje que procrea bien y mal, la empática, la ausente, robótica,
nula.
Musa, ego de egos, musa de vivos, musa de muertos, musa
de los que no han vuelto, de los por venir que ya vinieron, musa desierto, musa
nevada, musa profunda del mar, musa dolor, musa alegría, musa de heridas, perenne, espacial.
Haré un Solo de ti, Palabra
sin tiempo ni edad.
Fuego que consume y nos aleja entre arenas, hielos y
océanos.
¡Deja mi cuerpo!
Mira el planeta desde un allá, que ni
tan lejos, de poema boca sin noche, sin día, sin otra fe que supervivencia,
cerebros sostenidos por cables de falsa igualdad.
Te comportas
o te expulsas de mis dedos que te
glorifican
por siempre con Gracia animal, por siempre aullido, gemido, electricidad…
por siempre con Gracia animal, por siempre aullido, gemido, electricidad…
¿Te vas?
Deja tu piel para vestirla.
No soy sosiego bajo espinas si aun respiro
horrores descubiertos, callados por antepasados necios.
O, mejor, ve con tu atuendo, tu piel
hermosa entre hermosas de relámpago, lluvia, sol, de infierno, de mil partos con
y sin dolor.
Ve, paséate por ahí, por estas calles
derruidas
cubiertas de ansiosa malicia, de almas
a ras del suelo, de balas que no reconocen vida.
Comen migajas de lo que excreta el odio en tormento: Su mentira.
Ve, encárnate en su ciega prisa. En su
ira.
Ve, que yo ya te vi.
Y vuelve.
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Imagen: El sueño y las musas, Abel Jiménez, creador Suprarealismo.
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1 comentario:
Yo no tengo la culpota
estimados compatriotas
de vivir en Puerto Rico
rodeado de tanto idiota.
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