Acerca del maltrato emocional, físico, el
abuso sexual, violencia doméstica y de género, e Introducción a una historia:
Hace unos años, por razones personales,
educativas y académicas, decidí iniciar en este blog el tema del “maltrato psicológico”
como etiqueta (label).
Lo hice de manera breve, sin mucho abundar en el
tema de violencia física o doméstica, no porque no existiese la necesidad urgente de
hacerlo sino porque, de repente, encontré poca información acerca de este tipo de maltrato
solapado e invisible (el emocional o psicológico), que suele ser el inicio de la
gran guerra contra la autoestima de quien lo sufre, y, la mayoría de veces, el origen del maltrato físico, la pérdida total
de autoestima, el infierno en vida y hasta la muerte.
Pese a que mi blog no es visitado en demasía, y a
que suelo desatenderlo con frecuencia, en esa etiqueta he recibido sobre 8,000
visitas desde muchos países del mundo, siendo la etiqueta y temática más
visitada de este blog.
Entonces, ¿qué representa ésto?
Representa que, mujeres, niños, empleados, hombres
del mundo, ya se hartaron de ser maltratados,
utilizados, manipulados, sometidos, minimizados, abusados por otros que buscan saciar su enferma hambre insaciable de poder y control, al punto
de hacerles perder su autoestima, capacidades de supervivencia o su salud física y mental.
Significa, que se están autoeducando, los pocos
que pueden, en una lucha desesperada y a saber cuán secreta y dolorosa, por
sobrevivir, por su vida misma, reconociendo que la igualdad, la justicia, el
respeto, la autoestima, sí son posibles y única alternativa a
mejorar su calidad de vida y protegerse a sí mismos y a los suyos.
Salir de patrones de abuso y/o maltrato, puede ser intensa lucha que puede durar toda una vida, y
que sin ayuda de especialistas serios en el tema, puede hacerse más pesada, más dolorosa y
lenta, aun reconociendo sus problemas.
Significa, que es URGENTE y que ¡hace FALTA MÁS!
Mucha más información en las redes y medios en
general, de todo lo relacionado con supervivencia al abuso, a manipuladores, bullying, maltrato físico,
emocional, abuso sexual y sus consecuencias, lavado de coco sectarista, acoso
moral, etcétera.
Hasta que la gente se harte, de ser necesario,
pero que pueda salvar vidas, originar salud mental y autoestima en niños, jóvenes,
mujeres, hombres, cuyas vidas se han basado en la pesadilla de desprotección de quienes debieron protegerles, la
falta de información, sometimiento, miedo, derechos pisoteados, prisión invisible de
culpas y creencias, silencio y tristeza, posiblemente originando en ellos trastornos de
ansiedad, de personalidad, bipolaridad, automedicación, relaciones y vidas autodestructivas,
entre otras pesadillas.
Por experiencia, estos son temas de los que nadie
quiere hablar en reuniones amistosas, familiares, “jangueos” ni evento alguno.
Existe un discrimen temático negacionista, demonizador,
víctima a su vez del machismo con que
fuimos educados en torno a temas de abuso, acoso y maltrato.
Pero en la soledad del sufrimiento callado de personas que lo han vivido o viven, DEBE
haber esperanza:
AUTOEDUCARSE.
Busca a alguien no religioso, que NO esté del
lado de tus abusadores-maltratantes, educado seriamente en estos temas, que te
escuche sin desmoralizarte o ridiculizarte llamándote “débil” o “es que no
pones de tu parte”.
Hablarlo con las personas correctas, ayuda enormemente
y saca a la luz el origen mismo de este erróneo adiestramiento mental, descubriendo cosas inesperadas de tu propia historia, valía y fortaleza.
Lamentablemente, no todos tenemos la salud, el
tiempo, el dinero, el apoyo, las facilidades para asistir a terapias cognitivas con psicólogos
especializados en trastornos de ansiedad, entre otros.
Encima, en múltiples
ocasiones, es nuestro mismo entorno familiar, religioso y social, el que nos hunde más en
el oscurantismo anticientífico y conformista que mata hasta la sombra de lo que
un día, de niños o niñas, ilusionados, sentimos o soñamos ser.
La oscuridad de la ignorancia y el silencio,
la impotencia, la apatía de los demás,
drena energías y promueve el Síndrome de Estocolmo o el Síndrome del Maltratado,
en que el abusado-maltratado termina por
defender a quien le abusa y maltrata, creando un ciclo vicioso de codependencia, casi imposible
de escapar, a veces sólo con la muerte o el deterioro total de la personalidad,
salud y autoestima, y eso, es precisamente lo que debemos TODOS como sociedad LUCHAR
por ERRADICAR.
Interesantemente, en esta búsqueda educativa de un tema que puede ser línea fina entre vida y muerte en el citado “label”
o etiqueta “Maltrato Psicológico” en este blog, de donde -menos- visitantes se
han contabilizado, es de mi propio país, mi isla caribeña, Puerto Rico.
Lo sorprendente con este dato es lo siguiente:
No sé si muchos en el mundo de habla hispana, conocen acerca de la multiplicidad y frecuencia en casos de violencia doméstica, violencia de género, crímenes de odio,
homofobia, violaciones sexuales a féminas, incluyendo turistas visitantes entre
ellas, abuso sexual de menores, asesinatos de mujeres parejas o ex parejas, “bullying”
en escuelas o trabajos y maltrato emocional entre parejas, familias y un largo etcétera
de horrores, que acontecen de manera aterrorizante en Puerto Rico.
No conozco de memoria los números ni las estadísticas,
pero existen, para comprobarlo, al igual que el número de casos relacionados en
Tribunales.
Lo aberrante (más aun) es, que tal número de casos
contabilizados, reportados a autoridades o servicios familiares o legales, podría
ser *menor que la cantidad REAL de casos no reportados.
¡Espeluznante!
Existe un código entre silencio, amenaza,
miedo, tabú, desinformación e indiferencia social, que ha creado el cóctel
perfecto para la autodestrucción más morbosa de un país y sus recursos más
valiosos: nuestros niños, jóvenes y mujeres educadoras y creadoras de vida.
Entre silencio y silencio, moralistas, ingenuos, ignorantes
desinformados, fanáticos religiosos, hombres/mujeres machistas y gente en
general enferma del alma, apedrean a víctimas de abuso y maltrato con su burla,
furia, demonización, desmoralización, minimización de los hechos, indiferencia y
culpa.
Si hablan, los marginan, los marcan.
Contra la naturaleza del estado natural del ser
humano, instintivamente protector de sus cachorros, parejas y miembros de su
grupo. ¡Contra la naturaleza humana que es nacer para vivir, evolucionar y ser
feliz, la sociedad tiende a castigar al ya humillado!
Traigo todo esto como antesala a uno de esos
casos relacionados con “Maltrato Psicológico” y abuso sexual que ha estado
sonando (no mucho) en los medios locales puertorriqueños durante días
recientes:
El caso de una joven estudiante universitaria de
Drama en la Universidad de Puerto Rico, llamada Charlene, que alega haber sido
abusada sexualmente en su núcleo familiar, al igual que todos los miembros de
su familia (en diferentes fechas y ocasiones), todo controlado por fervorosas
creencias cristianas fundamentalistas,
muy comunes en nuestro país, y de lo cual nadie, nunca, había dicho nada.
Hasta
que ella realiza un “performance” en el cual desnuda sus senos, con el propósito de llamar la atención hacia
el tema de la Ausente equidad de género en Puerto Rico, y cómo la mujer es sólo
vista como objeto sexual.
Por realizar tal "performance" fue arrestada, citada a una vista legal que no
se realiza aun, al haber sido ingresada en un hospital psiquiátrico, luego de realizar otro "performance" similar, en el cual entró a una finca privada, y pecho al aire, comenzó a liberar animales que estaban atados, a pesar de todo tipo de absurdos
comentarios provenientes sorpresivamente de gente joven, desvalorizando su propósito, su persona y sufrimiento personal.
Todo esto me ha dejado consternada. Tanto, que salgo
de un largo silencio de opiniones (q
nadie me pidió, pero me dispongo a materializar en nombre de todas las mujeres de mi patria), más aun, cuando me enteré de
este caso legal (ver enlace) del pasado, que aunque muy diferente, se relaciona con
el deterioro progresivo causado por un sistema que criminaliza el cuerpo desnudo como arte/protesta como si fuera un
asesino en serie o un genocida el q lo realiza, al punto de deteriorar con
cautiverio la mente creativa, que nació deseando amor y libertad, anulando así su psiquis, previamente enferma y dolida quizás, y su vida misma.
Enlace a Caso del desnudo con propósito, y sus terribles consecuencias devastadoras:
¡Ojo con esto, Puerto Rico!
¡No seamos cómplices del odio asesino, producto
de la indiferencia hacia nosotros mismos, que pueda llevarnos a un “auto-genocidio”!
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