A mi tía le dieron más de 5 infartos cuando fue hospitalizada en octubre pasado. Tras recorrer varios hospitales, los médicos comunicaron a su familia que no había esperanzas. Le llevaron a su casa. Allí sus hijos y esposo cuidaron de ella vehementemente hora tras hora.
Durante toda su vida, mi tía, enfermera graduada, había estado al servicio de la gente. Era de esas mujeres que mantenían su hogar como espejo y su familia como príncipes. Mi tío no soportó verle así, se deprimió mucho, tanto que en días pasados sufrío un infarto repentino y ya no está con nosotros. Ella es fuerte, ha mejorado increíblemente y ahora enfrenta la pérdida de quien compartió con ella más de 40 años.
La muerte no existe, dijo Sabines, sólo existen ciclos, metamorfósis.
Quiero pensar que nos llevamos lo aprendido y nuestras acciones, pero al final, creo que lo único que importa es cuánto y cómo hemos amado.
¡Descanse en paz!
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