Iba manejando y vi un restaurante Subway. Un oasis, pensé, un oasis con café.
Mientras entraba también pensé que como ex playera ochentosa que almorzaba cereal con zanahorias, ya debía tener mi propia cafetera o café instantáneo en mi descalabrado auto para emergencias, pero no.
El lugar estaba vacío con dos empleadas, una al fondo en área de neveras.
Pedí un café.
Jamás había sido tan correcta y gentilmente atendida al pedir un café.
Negro, le dije alto y claro. Por alguna deuda kármica me lo sirvió con leche, eso sí, muy oscuro, pero su amabilidad y detalles, me llevaron a sentarme feliz, mirando hacia afuera con mi café con leche.
Entró una mujer alta, muy turista y babyboomer y dijo, “I want an italian”.
“Aquí tiene que pedir en español”, le dijo la empleada, “porque estamos en Puerto Rico. ¿Qué usted quiere, un italiano? ¿Con refresco? ¿Quiere papas o galleta?”
La gringa se hacía nudos tratando de entenderle, señalando la foto del “sangui” italiano, que de italiano no tiene nada y corriendo por toda la tienda buscando los Doritos.
Yo me ahogaba con el café riéndome.
Finalmente la turista con cara de alivio (o hambre), se sentó a comer.
“¿Tú ves?”, le dijo la empleada a la otra, “mi abuela se fue a New York y allí crió 5 hijos sin saber inglés. Cuando alguno se enfermaba se iba al hospital y resolvía hablando por señas. Si ella pudo, cualquiera puede entenderse en cualquier lugar, nada es imposible.”
Dito’ si el jefe se entera, la botan como saco por no saber inglés en un restaurante de franquicia norteamericana, pero para mi es la mejor empleada que he visto, tan valiente como su abuela.
2 comentarios:
Madam: Es mas sencillo para nosotros aprender inglés que para ellos aprender español, y no es cosa de que sean sajones o utilizen más otro hemisferio cerebral para desarrollo de su lengua, lo cual es cierto. Más bien creo es cultural en caso de los norteamericanos, el creerse omnipotente o superior va disolviendo la materia gris, jaja!
Kaipo, cierto! Nos fue impuesto el castellano. En nuestro caso fue eliminado todo vestigio o intento de hablar otra lengua, pues los taínos eran pocos. Aun asi sobreviven en nuestra genética, que tiene su efecto en cuanto a desarrollo de capacidades cerebrales relativas al aprendizaje de lenguas.
Besos!
jajaja, que bueno!! y lo de la deuda kármica...genial
besos
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