Erbil Osrev

Verso libre, verso
libre,
líbrate mejor del
verso
cuando te esclavice.

-Machado


Erbil Osrev tenía amigos por su responsabilidad y talento, así como censores por su tajante honestidad y apariencia, unido a lo anterior. 
No entendía que en esta vida, cuando has logrado sobrevivir cosas terribles y te buscas entre procesos de rabia, amor o desamor, siempre hay rivales.

Un día le escuché hablar:
-el tiempo pasa con to' y gravedad y no puedes vivir llorando carencias o tolerando mentiras...

Yo conocía esa rebeldía que me hacía reflexionar. 
Cuando la vida te aplasta al filo de ti mismo, sólo queda revolucionarnos, descubrirnos, y aunque en tal intento se pierda lo conocido. Vale la pena, porque de todo lo herido, sobrevive la Verdad.

A veces era fantasioso:
-Nunca voy a ser viejo… ¡qué asco!

Me reía. Yo a su edad ni conocía que se podía llegar a serlo.
Otras, se enamoraba de un chico porque lo tratara bien, porque era bello, porque era triste.
Y sufría.
-Erbil, tú eres artista, le dije una vez tomando su mano como a niño. Es como ser bruja en Salem, nunca serás como la gente desea. La vida es un teatro con dos vertientes: ser lo que esperan, o vivir lo que amas. Sólo tú sabes si las cosas van bien.

Desde entonces aparecía en casa, vestido de negro con capa de vampiro, yo horneaba galletas y él tocaba su guitarra, mientras sentados en el suelo, reíamos de la gente que creaba historias de terror en nuestro entorno; aquellas noches en que aullábamos a la luna.


© ALR, Puerto Rico, 2006
Imagen: Naelle Devannah