miércoles, 29 de noviembre de 2006

Chirimoya

Esta es Chirimoya, la hija de Gatina. Una joven muy guapa, pero con una triste historia, que no es tan triste, más bien felina, como humanas son las tristes historias de los humanos, pero no necesariamente tristes. (Tres tristes tigres se fueron al trigal.)
Su nombre proviene de la fruta chirimoya del Perú, muy parecida a nuestra fruta guanábana, pero me han contado que su sabor es diferente. De por qué la gata se llama chirimoya y no guanábana, podría explicar, pero en resumen ha de ser por lo mismo que tengo una zampoña colgada en mi tablón de expresión hace casi 18 años, porque mi alma habita el planeta Tierra, no únicamente un país.

La felina historia de Chirimoya, va así:

Nacida el mismo día de mi cumpleaños, de madre amorosa, siempre quedaba rezagada por su hermanos comelones y en cierta ocasión, luchando por tomar leche antes que los demás despertaran, le cayó sobre su cola un objeto misterioso, que no se sabe si vino de Marte, pero de que le parte la cola, pues, casi se la parte.
Ella no sintió dolor, gracias a que era muy chica y las colas de los bebés son colas blandas, por lo que sólo se le deformó adquiriendo forma de 'S'. Pero en su memoria quedó grabado para siempre el gran susto, al estilo trauma post guerra, que le producía temer todo objeto en movimiento, claustrofobia, agorafobia y hasta miedo a comer, por lo que se convirtió en experta cazadora, con tal que nadie le sirviera la comida o tener que esperar su turno.
Como si no bastara, los humanos con los que vivía tenían un plan macabro para ella y su futuro: ¡Regalarla al mejor postor, como si fuese camello en el desierto! ¡Oh ingratitud!

Pasaron los días y Chirimoya, que aun se llamaba 'gata', notó que algunos niños humanos con enormes caras y diciendo "misu, misu", se acercaban a ella para atraparla. Despavorida corría al patio, a la calle, subía por paredes, árboles y techos para no ser atrapada.
Su belleza de ojos azules tan claros que parecían blancos, contrastaba con su temor, pero más con su cola, torcida por el impacto recibido. Entonces niños y jóvenes, le veían temerosa y colitorcida y la rechazaban, luego de sudar en el intento de atraparla.
Y es que por lo general los humanos le temen al temor mismo.

Un día Chirimoya (aun sin nombre), entró a la casa huyendo de alguna persona que pasaba por la calle, y la puerta se cerró. Al verse atrapada, se subió por paredes, muebles y abanicos de techo, causando un caos. Temblaba de miedo, pero no quería moverse, o sea, una mezcla de temblor y negación al movimiento conocido como catatoquake, término difícil de explicar, entre la catatonia y el terremoto.
Por un instante, nos miramos, le vi, me vio, tembló, maullé, y le propuse que si salía por la puerta le pondría nombre y se podría quedar en la casa. Entonces salió. (Jo, se me congeló el cursor)
Ha crecido aquí, con todo mundo rompiéndose el coco tratando de decirle el nombre (¿chiriqué, chirimoña?), y yo teniendo que explicar qué cosa es una chirimoya, pero ha sido buena y valiente como el león del Mago de Oz. Hoy hasta jugamos, y me di cuenta que le gusta la canción Tu Recuerdo de Ricky Martin y la música de Chambao. Así que colorín colorao', ¡Chirimoya se ha quedao'!

Con saludos para Laura de la Ingenua Ingeniosa, que le pareció curioso que tengo una gata llamada Chirimoya. :)

Imágenes: Chirimoya gata y las patas de Plutonia, zampoña, chirimoya (frutas)

4 comentarios:

Ana dijo...

Tu Recuerdo
Ricky Martin, La Mary

Tu recuerdo sigue aqui
como un aguacero
rompe fuerte sobre mi
ay pero a fuego lento
quema y moja por igual
ya no se lo que pensar
si tu recuerdo me hace bien o me hace mal

Un beso GRIS, un beso blanco
todo depende del lugar
que yo me fui eso está claro,
pero tu recuerdo no se va
siento tus labios en las noches de verano
ahí están cuidandome mi soledad,
pero a veces me quiere matar

Tu recuerdo sigue aquí
como un aguacero
rompe fuerte sobre mi
ay pero a fuego lento
quema y moja por igual
y ya no se lo que pensar
si tu recuerdo me hace bien o me hace mal

A veces gris, a veces blanco
todo depende del lugar
que tu te fuiste eso es pasado
se que te tengo que olvidar,
pero yo le puse una velita a to' mis santos
ahí está pa' que pienses mucho en mi
no dejes de pensar en mi

Tu recuerdo sigue aquí
ay como un aguacero
rompe fuerte sobre mi
ay pero a fuego lento
quema y moja por igual
y ya no se lo que pensar
si tu recuerdo me hace bien o me hace mal

Piensa en mi
es antídoto y veneno al corazón
piensa bien
quema y moja
que viene y va
tu dónde está
atrapado entre los versos y el adiós

-Solo de cuatro wuuuuuuu-

Tu recuerdo sigue aquí
como aguacero de mayo
rompe fuerte sobre mi
y cae tan fuerte que hasta
me quema hasta la piel
quema y moja por igual
y ya no se lo que pensar
si tu recuerdo me hace bien o me hace mal


Tu recuerdo sigue aqui
leirolai lerolelo ooo
rompe fuerte sobre mi
pero que rompe, rompe el corazón
quema y moja por igual
se que te tengo que olvidar
si tu recuerdo me hace bien o me hace mal

Salvatiere dijo...

Cuando pase por tu espacio y vi el titulo, me decia, "Asi nomas no le dicen en "Lima" (Huachafo yo, no dije Perú, dije Lima, centralista del diablo)". Y te contare, no tan felino con la historia de tu gata, que, solo un par de veces en toda mi vida, la he comido, que la he visto miles, pero que la comi quizas por accidente, y que el nombre nomas me ha quedado y que no recuerdo a que sabe. Lo remediare, cuando se pueda.

Que nombre tan bueno, para una gatita boricua.........


Agustin

Ana dijo...

Agustín, si el sabor de la chirimoya, es como me parece, es delicado y sutil, pero exótico. Acá con la guanábana hay que pelearse con ella y sumergirse en su sabor. Creo es por ello más popular su jugo o néctar. Tampoco las venden donde quiera.
En cuanto a la gata, la veo feliz, parece haberle gustado bastante el nombre. :)

Indianguman dijo...

qué ternura! es una birmanita? Adoro las chirimoyas, además, que en
Chile también tenemos

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