El día de nadie
*
El día de nadie, comenzó soñándote
cuando aun no dormía.
Pasó la gente escondida en palabras,
sin saberme exiliada,
cuando aun no dormía.
Pasó la gente escondida en palabras,
sin saberme exiliada,
quería
decirle que estaba en mi espectral corazón,
mi voz se ahogaba en sedienta agonía
fui a beberte a otra parte, donde no soplaba el viento
y el sol, pues, ya sabes... lo que rima...
¡sí eso! el sol, nunca salía.
El día de nadie estabas tejiéndote en mis células
y yo, con ganas de decirte lo de siempre:
inasequible es tu muralla
mi voz se ahogaba en sedienta agonía
fui a beberte a otra parte, donde no soplaba el viento
y el sol, pues, ya sabes... lo que rima...
¡sí eso! el sol, nunca salía.
El día de nadie estabas tejiéndote en mis células
y yo, con ganas de decirte lo de siempre:
inasequible es tu muralla
fantasmal la mía.
*
*
*
*
H-ú.
Y el poeta dijo:
Hay que seguir escribiendo, que el mundo se acaba.
Solté el teclado y huí descalza sobre la hierba.
Hay que seguir escribiendo, que el mundo se acaba.
Solté el teclado y huí descalza sobre la hierba.
*
© ALR, 2007, Puerto Rico
2 comentarios:
Me encanta como abre este poema: "el día de nadie comenzó soñándote".
Un abrazo amiga de letras...
Amarilis,
Es que ese "nadie" era arena en los ojos, para ocultar a quien nunca nos deja en la memoria.
:)
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