Humana

“La lucha enfurecida o el rechazo extremo, es una unión forzada de los opuestos, así como lo es también la afiliación fanática o la dependencia esclavista.
La era de Piscies mora lejos de la sincronicidad, no así la era de Acuario.”

- ¿Qué te duele, Susy, que te veo tan triste? Y no me evadas con chistes, que te conozco.
Ya sé, sufres mal de amores, como el niño que enloqueció de amor, o percibes el dolor que sufrirá Marte al ser impactado por el asteroide 2007 wd5.
- No, no, contestó ella. Aunque tiene que ver con las estrellas, pero estrellas creadas en el aire como experimento, y explotadas hasta su última luz.
Hizo una pausa y suspiró.
Ok, te diré. Estoy triste por Britney.
- ¡Houston, la perdimos! Dijo él soltando una carcajada.
- No, en serio Juan. Esa niña puede morir en cualquier momento como consecuencia del desamor y el hambre insaciable que produce el egoísmo. Sólo un milagro de amor puede salvarla.
- Si por ti fuese, la chica debería escapar de todo y huir a Shangri-La, dedicarse a la meditación, los alimentos sanos y el trabajo en la tierra.
- Pues fíjate, esa es la única posible solución. Pero no hablemos más de ella, que energizamos lo negativo. Sólo debemos pensar en ella con amor.
- Nena, hay que tener el coco bien utópico para creer algo así. En todo caso, ella, a nosotros tan jodidos por temas realmente importantes, ¿en qué nos puede afectar?
- No lo sé, pero tengo una mala espina. Ella es humana, ¿comprendes?
- ¡Nopeeee!
- ¡Chico, que nosotros también somos humanos y la tragedia nuestra o de Britney, marca el final de una era!
- ¡Oh, ¡y la tierra ya no es plana! ¡Córtate los dreads, que te hacen mal al cerebro!
- ¡No puedo!
- ¿Y por qué no?
- Porque me salieron anoche de la nada, mientras lloraba mirando su foto.
- Qué foto, carajo, ¿la del Padre Pío?
- ¡No! ¡La de Britney! ¡Es lo que intento decirte hace rato y no me dejas!
¡La chica es un experimento militar mediático realizado en una Santa! ¡Si ella tan sólo creyera en el regreso a su yo interno, la maldición del sistema se acaba!

Esa fue la última vez que en el pueblo se supo de Susana. Cuentan que cada mañana, las paredes acolchadas de su cuarto ahogaban el eco de su gran revelación.

Imagen: Icon, Clancy Cavnar