Hace dos días la descubrí surcando sola el cielo. Por su manera de volar, inconfundiblemente era una paloma, pero no como las grises que frecuentan esta área montañosa del centro de la isla.
Cuando vio una paloma gris detenerse sobre el techo del vecino, se posó a su lado sobre el cemento con un ataque de alegría y bailoteo de patitas en círculos, que llamó mi atención. La otra no se inmutó con su presencia. Fue entonces cuando la pude apreciar con detenimiento.
El lomo de su cuello brillaba reflejando el sol en verdeazules tornasolados y su cuerpo redondo, bastante relleno, destacaba su plumaje oscuro con cola más clara.
Era exactamente como esta de la foto.
Esta es una paloma rabiche o Columba junoniae, especie endémica del archipiélago canario que está en peligro de extinción, ya que sólo habita zonas muy concretas de La Gomera, La Palma y Tenerife.
¿Cómo llegó hasta aquí? ¿Se ha escapado? O quizás haya muy pocas en la isla.
Hoy me pareció verla volando sola otra vez sobre las casas.
Ojalá tenga pareja y lugar seguro dónde reproducirse. Por lo pronto le llamaré Juno.
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