lunes, 12 de mayo de 2008

Mi generación del paquete



Paquete
m. coloq. C. Rica, Cuba, Perú y P. Rico. mentira ( expresión contraria a lo que se sabe).

No sé de otras generaciones, pero de la mía, me atrevo a decir que es la generación de la mentira, del paquete, para decirlo más a tono con nuestra jerga boricua.
Digamos que, las personas que hoy tienen entre 45 y 55 años, o son unos paqueteros, o estamos atrapados en las mentiras que otros dijeron, o las mentiras que la sociedad nos impone.
¿Por qué mentir? ¿Por qué no decir la verdad respetuosamente, o madurar las respuestas que nos llevan a mentir?
No sé cómo o cuándo comenzó todo esto, pero tiene que ver con los tabúes y desconocimiento de las cosas, con el tapar verdades simples hasta que se vuelven bolas de nieve, con la manipulación y la prisa de responder cualquier cosa, antes que tomarse tiempo y contestar, por ejemplo a un niño, la verdad apropiada a su nivel de comprensión.
Desde muy niña me percaté que los adultos mentían, las pocas veces que les preguntaba algo. Y digo pocas veces, porque no era de esos niños que se pasaban preguntándolo todo, sino que creaba mis propias respuestas usando la percepción. Así sabía por ejemplo, por qué había miles de insectos en el patio en que jugaba. La respuesta era simple: son pequeños mundos en que existen con su propio método de vida.
No sé cómo sabía esto, pero a los 4 años lo sabía, por eso no lo preguntaba.
En cambio, cuando realicé la primera pregunta audible que recuerdo, ¿dónde está mi papá?, la respuesta que recibí fue "está en el cielo". Yo lo creí, y me pasaba mirando al cielo, de manera que descubrí los aviones y helicópteros, y contenta alzaba mi mano gritando ¡adiós papiiiii!
La segunda pregunta que recuerdo, la hice también a los 4 años, a sabiendas de que había visto con el rabillo del ojo a un familiar ocultar el preciado objeto de mi deseo sobre un mueble alto. ¿Dónde está mi bobo? (chupete), pregunté. La respuesta fue, tu bobo se perdió. Claro, no sabía un rábano de cuántos bobos más habían en las tiendas, pero sabía que esa respuesta era un engaño.
De esa misma manera, creí cosas irracionales, como que los bebés se hacían por un beso, que Dios me castigaría por decir una palabrota o pensar mal de alguien, y otras atrocidades de horror, por lo que a medida que descubría la verdad, perdía confianza en los adultos, comenzando a creer más en la información de los libros y menos en la obtenida de cualquier comentario o respuesta.
Así fui descubriendo que en nombre de ocultar la verdad, por elemental que fuera, de salvar su pellejo, o controlar a otros, la gente se inventa mentiras basadas en creencias que se dan por incuestionables, como lo son el amor, la amistad, la fe o hasta la cultura misma. Así nos tapan verdades consideradas peligrosas para nuestra aparente seguridad y nos imponen necesidades falsas, que en su carencia o imposibilidad de realización, nos hacen creernos nefastos seres derrotados. Así nos cocinaron a fuego lento de omisión nuestra historia.
El resultado es el equino con gríngolas que hoy tenemos. Drama, manipulación, intriga, creada por pinochos de mi generación.

2 comentarios:

solo joe dijo...

generacion p... esaestabuena.

uno de los grandes paquetes que me metieron de pequenho era cuando me dijeron que en la urbanizacion de al lado habia una invasion de "caballitos de san pedro". todo era para meterme miedo y no se me ocurriera ir a esa urbanizacion que era"caliente" o peligrosa.

jeje... funciono. no habia nadie que me convenciera pasar por ahi. es mas, hoy de adulto AUN pienso que esa urbanizacion es peligrosa. todavia arrastro las consecuencias de los paquetes.

Ana dijo...

Qué muchos paquetes nos han dicho!
Somos muchos los que aun arrastramos sus consecuencias.

Caballitos de San Pedro!
Cuidao' que nos muerden!
:D

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