Lo que encontré:
La imagen de un estudio realizado en Puerto Rico en 1984, por Canino G & Rubio-Stipec M., demuestra que la población boricua diagnosticada con depresión mayor en 1984, tenía una comorbilidad o riesgo relativo a desarrollar trastornos de ansiedad, superior en comparación con otros países donde fue realizado un estudio similar.
Entre esos trastornos de ansiedad, se destacan los trastornos de pánico, agorafobia y fobia social.
(Pinche sobre la imagen para ampliar los datos, si posible en otra ventana)
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Y qué significa esto?
Significa que ya en 1984, aun cuando pocos boricuas habían sido diagnosticados con algún trastorno psiquiátrico, de 1,551 personas diagnosticadas con depresión mayor, 30.0 desarrollaron trastornos de pánico, en comparación a un estudio realizado en los E.U. en 1990-92 con 8,098 pacientes con el mismo diagnóstico, cuyo riesgo relativo a experimentar trastornos de pánico fue de 4.0.
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Ya en 1984 las autoridades, el Gobierno o el Departamento de Salud de Puerto Rico, debieron haber tenido conocimiento de tal estudio y sus resultados, alarmantes en comparación con poblaciones más grandes como las de Munich o EU, que contaban con mejores servicios de salud mental y más pacientes diagnosticados que en Puerto Rico.
Por tanto "alguien" versado en el tema, además de Canino G & Rubio-Stipec M, realizadores del estudio del cual debe existir una publicación, debió tomar cartas en el asunto y considerarlo prioritario al reconocer la posibilidad de dispararse sus números con temibles consecuencias.
¿Y qué acción se tomó?
...
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He aquí parte del origen de tanta violencia, suicidios, abuso doméstico, uso de drogas, alcoholismo y personas disfuncionales, incapacitadas para socializar sanamente, que con seguridad afecta más a los de menos recursos.
Alguien quizás lo supo y miró para el lado, mientras la ola fue creciendo en aquellos fiesteros, drogados y enajenados días de los 80, hasta convertirse más tarde en un monstruo de caos y sufrimiento para diagnosticados o no con depresión, y toda una sociedad.
Influenciados más tarde por eventos de gran impacto psicológico colectivo, como el "911" en NY, y la crisis económica actual que atraviesa la isla, la comorbilidad de ansiedad debe haber crecido enormemente, pero tal vez pudo haber sido tratada con terapias adecuadas desde que se conoció de su existencia, de habérsele prestado atención a este estudio en su momento, junto a otros que existen en torno a la salud mental de nuestro país.
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Precisamente hoy, un artículo en el diario El Nuevo Día de la isla, comienza así:
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"Ojo: enfermarse en Puerto Rico, aunque no sea una condición de gravedad, podría ser mortal.
Un reporte multisectorial preparado por la Universidad de Puerto Rico y el Centro para el Mejoramiento de Cuidados de Salud de la Universidad de Vanderbilt en Tenesí calificó el servicio de salud de la Isla como uno fragmentado, con una Reforma de Salud desarticulada, una infraestructura de servicios en deterioro y una fuerza laboral profesional que disminuye aceleradamente porque emigra buscando mejores salarios...."
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Posibles referencias:
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1. Canino IA, Rubio-Stipec M, Canino G, Escobar JI. Functional somatic symptoms: a cross-ethnic comparison. Am J Orthopsychiatry. 1992;62(4):605-12.2. Canino G, Bird H, Rubio-Stipec M. The epidemiology of mental disorders in the adult population of Puerto Rico. P R Health Sci J. 1997;16(2):117-24.3. Shrout PE, Canino GJ, Bird HR, Rubio-Stipec M, Bravo M, Burnam MA. Mental health status among Puerto Ricans, Mexican Americans, and non-Hispanic whites. Am J Community Psychol. 1992;20(6):729-52.
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*Ojalá esto no caiga en ojos de momia y sirva de algo.
O a lo mejor ya lo saben todo.
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La imagen de un estudio realizado en Puerto Rico en 1984, por Canino G & Rubio-Stipec M., demuestra que la población boricua diagnosticada con depresión mayor en 1984, tenía una comorbilidad o riesgo relativo a desarrollar trastornos de ansiedad, superior en comparación con otros países donde fue realizado un estudio similar.
Entre esos trastornos de ansiedad, se destacan los trastornos de pánico, agorafobia y fobia social.
(Pinche sobre la imagen para ampliar los datos, si posible en otra ventana)
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Y qué significa esto?
Significa que ya en 1984, aun cuando pocos boricuas habían sido diagnosticados con algún trastorno psiquiátrico, de 1,551 personas diagnosticadas con depresión mayor, 30.0 desarrollaron trastornos de pánico, en comparación a un estudio realizado en los E.U. en 1990-92 con 8,098 pacientes con el mismo diagnóstico, cuyo riesgo relativo a experimentar trastornos de pánico fue de 4.0.
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Ya en 1984 las autoridades, el Gobierno o el Departamento de Salud de Puerto Rico, debieron haber tenido conocimiento de tal estudio y sus resultados, alarmantes en comparación con poblaciones más grandes como las de Munich o EU, que contaban con mejores servicios de salud mental y más pacientes diagnosticados que en Puerto Rico.
Por tanto "alguien" versado en el tema, además de Canino G & Rubio-Stipec M, realizadores del estudio del cual debe existir una publicación, debió tomar cartas en el asunto y considerarlo prioritario al reconocer la posibilidad de dispararse sus números con temibles consecuencias.
¿Y qué acción se tomó?
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He aquí parte del origen de tanta violencia, suicidios, abuso doméstico, uso de drogas, alcoholismo y personas disfuncionales, incapacitadas para socializar sanamente, que con seguridad afecta más a los de menos recursos.
Alguien quizás lo supo y miró para el lado, mientras la ola fue creciendo en aquellos fiesteros, drogados y enajenados días de los 80, hasta convertirse más tarde en un monstruo de caos y sufrimiento para diagnosticados o no con depresión, y toda una sociedad.
Influenciados más tarde por eventos de gran impacto psicológico colectivo, como el "911" en NY, y la crisis económica actual que atraviesa la isla, la comorbilidad de ansiedad debe haber crecido enormemente, pero tal vez pudo haber sido tratada con terapias adecuadas desde que se conoció de su existencia, de habérsele prestado atención a este estudio en su momento, junto a otros que existen en torno a la salud mental de nuestro país.
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Precisamente hoy, un artículo en el diario El Nuevo Día de la isla, comienza así:
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"Ojo: enfermarse en Puerto Rico, aunque no sea una condición de gravedad, podría ser mortal.
Un reporte multisectorial preparado por la Universidad de Puerto Rico y el Centro para el Mejoramiento de Cuidados de Salud de la Universidad de Vanderbilt en Tenesí calificó el servicio de salud de la Isla como uno fragmentado, con una Reforma de Salud desarticulada, una infraestructura de servicios en deterioro y una fuerza laboral profesional que disminuye aceleradamente porque emigra buscando mejores salarios...."
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Posibles referencias:
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1. Canino IA, Rubio-Stipec M, Canino G, Escobar JI. Functional somatic symptoms: a cross-ethnic comparison. Am J Orthopsychiatry. 1992;62(4):605-12.2. Canino G, Bird H, Rubio-Stipec M. The epidemiology of mental disorders in the adult population of Puerto Rico. P R Health Sci J. 1997;16(2):117-24.3. Shrout PE, Canino GJ, Bird HR, Rubio-Stipec M, Bravo M, Burnam MA. Mental health status among Puerto Ricans, Mexican Americans, and non-Hispanic whites. Am J Community Psychol. 1992;20(6):729-52.
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*Ojalá esto no caiga en ojos de momia y sirva de algo.
O a lo mejor ya lo saben todo.
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