domingo, 12 de octubre de 2008

El asco anacrónico del racismo


El asco anacrónico del racismo
(lo que se atasca en la garganta)

Hace años (unos 24 o más, pero este Blog apenas cumplió 4 el mes pasado) tengo pendiente el tema del racismo como asignación autoasignada, valga o no la redundancia.
Pero algo ocurre cuando comienzo a ordenar las palabras en mi cerebro y, a través de los huesos de mis dedos, intentar exorcizarlas.
Indudablemente, esas palabras me surgen de la barriga, porque si surgieran del cedazo del corazón, seguramente me lo paran, me lo explotan, y si lograsen subir al cerebro y hacerse visibles en los espejos que garabatean letras y signos para enviar su señal a los dedos, ocurre siempre lo mismo: siento náuseas, mareos, deseos de abortarlas como única opción para salvar mi vida!

El racismo como tema pendiente aparecía en recuerdos, en eventos interactivos con la sociedad en que vivo, en conversaciones con gente muy cercana hábiles con ese tono agresor, dicen ellos que inconsciente o aprendido, pero ignorantemente despectivo al tratar las diferencias raciales o sociales, repetición de estupideces sin más análisis ni datos, sin conocimiento de la historia de la humanidad, ni examen genético de sí mismos.
Sin sensibilidad.
O sea, que el racismo aparecía en todos lados, pero una de entrada es sorda, ciega y sin memoria, sin malicia, sin lectura o películas suficientes en su recuerdo que disparen su alarma ante actitudes y comentarios que delaten el racismo, segreguismo y fundamentalismo propios de la gente con más vómito en el cerebro en la historia de la humanidad.
Si el racismo a través de los siglos se ha vuelto genético, es el comportamiento racista, la educación racista, sus conceptos, sus palabras escuchadas desde que sacamos la cara de la tibia panza materna, lo que se vuelve su Universidad, convirtiéndolo en una especie de enfermedad mental que nadie ve, disfrazada de buenos modales, culturizada, con educación superior, con buena apariencia física, sexualmente deseable, con suficiente dinero y encantadora, de manera que, nadie que no haga un examen neurológico, genético y psiquiátrico profundo, podrá ser capaz de detectarla.
Mientras tanto, convives con ella, te masturba, te vende productos y sueños, te medica, pero tú, ajen@ en mundo de hadas prisioneras de la prisa, piensas que no te toca, y por tanto, ¿no existe?
Hasta que un día alguien que dice quererte, te mira asustada y pregunta casi en un grito, “pero ¿te casarás con él?… ¡pero no es posible!... pero ¿estás loca?… pero ¿por qué?
Y tú, notando que ese algo espeso que flota en el aire, levanta un muro entre quien creíste conocer a ojos cerrados y tu sorpresa, descubres lo que siempre estuvo allí, pero que por tu imbecilidad o inocencia, resultaba incomprensivo, e incrédul@ preguntas cuál es la causa de su enorme oposición, si todas las razones posibles de su “consejito antirelación” quedasen descartadas.
Entonces te sopla un “porque es negro, o indio, o de tal o cual procedencia o color” como respuesta, adornado con un cariñoso:
“quede claro que no soy racista… “sólo” segreguista. Porque una cosa es llevarse bien con “ellos” y otra casarnos con ellos…”.
Bla, bla, bla...
Una larga explicación que ni pediste, repleta de santificación y sacrificios que van creciendo como sombra al fondo del rostro de quien te habla, mientras la mañana se oscurece, y la ventana de la habitación en que hablan, se cubre de barrotes, tachando tu boca que ha quedado abierta en parálisis.
Sólo alcanzas a murmurar un “¿yo también soy negra, y?”, pero las palabras de tu ahora ex-amistad se quedan retumbando agudas, violando el tímpano como campanillas de puñal, como eco del mal en cada fibra que te habita, como ola que te regresa al útero materno y te hace repasar cada instante de tu vida, cada fibra genética, cada foto de tus antepasados, hasta aterrizar en la risa de tu actual no amig@, cargada de eterna manipulación e hipocresía.
Sí, creo que es por eso que cuando intento trabajar el tema del racismo el cuerpo me reacciona.
O será por aquél día en que alguien mirando un recién nacido, comenta:
“Fíjate, no sacó nada de su padre, abuelo, madre, bisabuelo, etc. ¡Salió bien blanquit@!”
No es hasta entonces que el racismo te toca y comprendes el delirio autodestructivo que llevó a Michael Jackson a borrarse la melanina.
A ese ‘querer no ser lo que se es o al menos no parecerlo’, aunque le cueste la vida, con tal de parecerse a lo que ama el mundo.
Y maldices tu estampa, por no haber reconocido antes la aplicación de esa palabra, por no haberte dado cuenta antes de cuán destructivo y vil es el racismo, que se oculta tras el antifaz del segreguismo, mientras sonríe y te abraza llamándote hermano; como si ser segreguista fuese un adelanto para el racismo, una muestra de tolerancia, una apertura en su etnocentrismo, un doctorado Honoris Causa en Humanidades y Sociología que le brinda nuevos derechos en un mundo en que todos ya le pertenecían.
Ni siquiera la palabra segreguista es reconocida por el programa en que escribo!
Ayer una respuesta a un comentario mío en el Blog Sin Mordazas, me quitó la venda de los ojos y el apretón en la barriga al intentar escribir del tema.

No es de la página oscura de atentados y asesinatos de sus propios héroes, héroes del mundo, eliminados por su racismo y lucha de poder, de lo que no se quiere hablar en los EU.

De lo que no se quiere hablar, es del RACISMO.

Como menciona este Reportaje: Racismo: El último obstáculo. Por encima de la barrera racial, publicado en el diario El País de España, país destacado en el pasado por su racismo y opresión colonizadora -quizás popular aun entre ancianos déspotas franquistas, cerebro de escupitajo-, pero que hoy dan muestras de más atino y cordura humanista colectiva que los EU:
Si el discrimen por el color de la piel en los Estados Unidos, es tan poderoso que fulmina neuronas imposibilitando votar por el candidato a Presidente más capacitado, inteligente, energético y necesario en el puesto presidencial, les llevará a sacrificar su propio bien (ni hablemos del “bien ajeno” en una sociedad ególatra-etnocentrista) con tal de eliminar toda posibilidad de triunfo del único con capacidad de salvarles sin pisotear, prostituir y quemar lo que les queda, porque su omnipotente racismo cultural, supera su crisis y deseo de supervivencia, impidiéndoles aceptar su grandeza.
Sólo entonces Obama perdería.
Y si Obama pierde, “los intocables” de la casta social más baja en la India serán pisoteados entre aguas negras eternamente mientras sonríen conformes; las mujeres en regímenes fundamentalistas islámicos jamás podrán ni imaginar secretamente desvelar su rostro o mostrar un tobillo; Hitler sonreirá mientras cuenta cadáveres y se limpia de los dientes espinacas; retrocederemos a tiempos de la trata de esclavos, despertando en calabozos pestilentes junto a nuestros antepasados, esperando llegar con vida a tierra firme, mientras nos arden las heridas adormecidas de azotes y hermanos se pudren junto a nosotros; y Rosa Parks aparecerá de pie en el autobús sin poder sentarse al frente, por los siglos de los siglos, de los siglos…
O pensaríamos inutilmente que, así como nosotros por ser su exitosa creación, Estados Unidos tiene lo que merece:
Autodestrucción colectiva por egoísmo y moronería.
¡Por indiferencia!
:
¡No!
¡No es posible tanto estancamiento, tanto dolor!
Together we stand, divided we fall.
Pero el "together" requiere arrancarse el odio, el miedo, la inseguridad, la egoísta fantasía.

¿Podrá lograrse en 3 semanas?

:

3 comentarios:

Ivonne Acosta Lespier dijo...

El problema es que en lugares donde predomina la ignorancia (el sur, las Apalaches, y enclaves de blancos pobres en las ciudades)esa ignorancia es el caldo de cultivo para el racismo que están exacerbando McCain y Palin. Ayudan mucho los ministros fundamentalistas, como el que inició un acto de McCain anteayer invocando a Dios. Le hablaba diciéndole que tenía que actuar antes de las elecciones (eligiendo a McCain) porque de no los dioses de "otras religiones " como el budismo, el hinduismo y Alá (mira tú la ignorancia del individuo, si no lo escucho no lo creo)van a cantarse victoriosos "contra tí, oh Dios". ¿Puedes creerlo? Y McCain no dijo ni jí..

Ana dijo...

Ivonne:
La gran cantidad de gente que existe manipulable y dócil ante el fundamentalismo es espeluznante!
Porque de veras son muchos, y es algo tan lejos de la manera en que los medios nos presentan libertades y amplitud, tolerancia.
Que haya personas que rechacen a alguien por su color, clase social o preferencias a estas alturas del mundo en un pañuelo, es algo horrendo, devastador.
Nos hace cuestionar nuestros alegados adelantos y derechos.
Pero el que un grupo elija a quienes promueven miedo y representan tales ideas como sus líderes con alta influencia en el mundo, es lo peor.
Qué pasará?

Au... creo que voy a escuchar una cancioncita para relajarme, que por ahí viene una tormenta.
:D

Ana dijo...

Y...
Hoy estoy biennn contenta, porque muchos votantes norteamericanos asumieron su responsabilidad y uso de razón y Obama ganó!
Poder!

(~<__~)S

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