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Tengo tantos temas colisionando en mi cabeza a una misma velocidad luz, que todos parecen importantes.
Dirán que tal vez deba tomar ritalín o alguna droga recetada para déficit de atención adulto para organizarme, pero paso, por decirlo de algún modo.
Ya recorrí la etapa de autoflagelarme por cosas no aprendidas o no vividas desde años de escuela elemental, por los bloqueos de memorias, nombres, fechas, direcciones, por vivencias que sólo recuerdo en flashback fotográfico, según su impacto, o experiencias que hoy me parecen espeluznantemente locas y fuera de control; decisiones erróneas, pérdida de tiempo.
Ha de ser que inevitablemente y gracias a tiempos oscuros y su nada fácil supervivencia, he madurado un poco.
Aleluya!Dirán que tal vez deba tomar ritalín o alguna droga recetada para déficit de atención adulto para organizarme, pero paso, por decirlo de algún modo.
Ya recorrí la etapa de autoflagelarme por cosas no aprendidas o no vividas desde años de escuela elemental, por los bloqueos de memorias, nombres, fechas, direcciones, por vivencias que sólo recuerdo en flashback fotográfico, según su impacto, o experiencias que hoy me parecen espeluznantemente locas y fuera de control; decisiones erróneas, pérdida de tiempo.
Ha de ser que inevitablemente y gracias a tiempos oscuros y su nada fácil supervivencia, he madurado un poco.
Es esto o nada.
Vivo conmigo.
Bastante conciente del amor por la vida, a pesar del tumulto.
No me seduce atiborrarme de químicos con resultados adictivos e indescifrables efectos, cuyo uso no apruebo en niños.
"Hay un niño en ti" reza un refrán, y es al primero que hay que respetar, añado.
No se confundan.
No practico cienciología ni nada similar.
Por el contrario, creo que ciertas creencias y la enfermiza alusión a la fe religiosa como respuesta a todo, pueden alejarnos más de la verdad y sanidad, que resolver ciertos problemas.
La ciencia aun esta atrás, pero camina y a veces corre, que ya es algo.
Cuando agarro acá un tema y le caigo a puños o caricias, entro en un proceso de lavadora exprimiendo ropa, que despierta de alguna manera neuronas o crea nuevas redes en mi cerebro, y eso es tan bueno, como escuchar la música que me plazca, aunque no pertenezca a mi supuesta generación; como ver títeres y marionetas, caricaturas y películas que me enseñen cosas de la vida que no atrapé en su momento; como hacerme "limpias" energéticas de malas noticias a fuerza de sudores, para así poderlas seguir leyendo y enterarme en qué planeta y país-nación vivo, sin pensar "fo, qué asco este mundo que hemos creado", sino visualizando un país diferente.
Uno de amor, autoestima y respeto lejos de utopías.
Te suena?
Bueno, a veces se me apaga el bombillo, porque ahora que recuerdo, este post no iba de esto, sino precisamente, de energía.
Sabes que, apagando todos los enseres eléctricos durante una hora diaria podemos ahorrar una cantidad de dinero (no sé cuánta con exactitud) en nuestra cuenta energética?
O que uno de los enseres que más energía consume es la estufa de tope de cerámica?
O que si a eso le sumas el uso de calentador de agua eléctrico, secadora de ropa, abanicos, luces que no economizan y aire acondicionado, terminas pagando un mondrogón de dinero por el servicio?
Duh, eso ya lo sabías, porque seguro ya te llegó el cobro.
Pues puse esto de la economía energética a prueba, dejando de usar ciertos enseres y reduciendo el tiempo de uso de otros, ¿y sabes qué?
No sé si tales consejos son sólo teorías ilusorias o si simplemente no aplican a esta isla, patrimonio de la humanidad en diáspora y efectos de la realidad mágica inducida, pero la cuenta me llegó de una mayor cantidad.
Hmmm... La crisis boricua, sí, por ahí iba el post.
Esa palabra de seis letras habrá que exorcizarla, desmenuzarla, asimilarla y definirla, a tal punto que su sola mención no nos retumbe en los oídos como explosión de fin de mundo, sino que nos parezca lo que es, un suceso en nuestra historia de arduo camino hacia la madurez colectiva y nuestra integración con el mundo.
Y hacia aquello, o hacia esto.
Así que respiraichon profundaichon y a cambiarnos el chip mental, que esto apenas comienza y casi todos estamos en el mismo barco.
Sí, casi todos.
Unidad!
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