sábado, 27 de enero de 2007

Te amo PoEma

Te Amo PoEma


Viajo abrigada en tu pecho,
mi cabello se agita cosquilleando tu nariz
(maneja tranquilo, es sólo el viento).


Observo los autos pasar,
las luces de esta ciudad, tan tuya
que habita el color de mi memoria.



Un día desperté llorando años
asediada por víboras de antiguas murallas.
Ellas ignoran cuál es mi centro,
que en mi cabeza late y dispara tu alma
engendrando caricias de rosas,
ceremonias de placer inacabable
en que mi lengua degusta tu piel
abrazándote a mi boca,
adorando tu cuerpo de lluvia,
tu incólume ternura
que embiste entre besos sin labios
el diario amargo de mi almohada.


Y ya no somos un quizás,
poema mío,

somos hambre,
memes de amantes eternos
ardiendo

más allá de nuestra sombra.






© ALR, Puerto Rico, 2007

4 comentarios:

MaReS dijo...

Ana Querida!
Hermosa poema, ya veo que en definitiva no soy la unica que vive respirando amor. Respira amor, querida, respiralo que cuando no se respira, no se vive.
Un abrazote!!

Ana María Fuster Lavin dijo...

"ardiendo mas allá de nuestra sombra"..
Qué maravilla!!!

Ana dijo...

Mares, gracias por tu visita!
El amor es la más sencilla y complicada emoción humana que podamos vivir; aunque vivamos soñándola, bien vale la pena!

Ana María, si la sombra fuese extensión de nuestro cuerpo que viste el alma, entonces más allá de sí misma lanzaría energía de nuestro sentir...

Abrazos y deseos de alegrías infinitas a ambas!

Ana dijo...

Poema 18... Aquí te amo...

Aquí te amo.
En los oscuros pinos se desenreda el viento.
Fosforece la luna sobre las aguas errantes.
Andan días iguales persiguiéndose.

Se desciñe la niebla en danzantes figuras.
Una gaviota de plata se descuelga del ocaso.
A veces una vela. Altas, altas estrellas.

O la cruz negra de un barco.
Solo.
A veces amanezco, y hasta mi alma está húmeda.
Suena, resuena el mar lejano.
Este es un puerto.
Aquí te amo.

Aquí te amo y en vano te oculta
el horizonte.
Te estoy amando aún entre estas frías cosas.
A veces van mis besos en esos barcos graves,
que corren por el mar hacia donde no llegan.

Ya me veo olvidado como estas viejas anclas.
Son más tristes los muelles cuando atraca la tarde.
Se fatiga mi vida inútilmente hambrienta.
Amo lo que no tengo. Estás tú tan distante.

Mi hastío forcejea con los lentos crepúsculos.
Pero la noche llega y comienza a cantarme.
La luna hace girar su rodaje de sueño.

Me miran con tus ojos las estrellas más grandes.
Y como yo te amo, los pinos en el viento,
quieren cantar tu nombre con sus hojas de alambre.

-Pablo Neruda

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