Sugar free gum
tu dulce sabor consuela laderas del río.
Lo de long lasting fue real mientras se pudo.
Mastico,
hasta que el aire se mezcle con el ruido
de un instante fugaz llamado hambre.
© ALR, Puerto Rico
Tras muertes recientes de modelos como consecuencia de anorexia, mucho se ha hablado de cambios en requisitos de peso en pasarelas.
La imagen muestra una modelo para una promoción reciente de la revista Elle en Italia.
En su brazo podemos apreciar la “naturalidad” requerida que enamora a diseñadores al crear sus modelos en capas, o tan voluminosos que engordan al más escuálido.
En su bolso vemos los ojitos tristes de dos “estrellas” norteamericanas mal reconocidas recientemente por su lucha de ser felices cuando todo se tiene, hay que sonreír como estatua a fuerza de cohetes medicados y se está en la lista de las más deseadas del mundo.
A la derecha de la cruz un ojo lejano observa.
La princesa está triste, ¿que tendrá la princesa?
Verdad es que para lucir como las imágenes que nos venden hay que nacer con los genes o ser adicta al gimnasio, quirófano y drogas recetadas, pues no hay mujer ni hombre que resista inmunemente con sonrisa petrificada y pose perfecta el caos humano y emotivo que implica vivir la vida en un mundo en que la imagen y el sexo se nos vende como un todo sin mañana, de cara a la realidad de millones muriendo víctimas de hambre y guerra.
Tamaño cero, apariencia de centerfold y depresión femenina, ¿la nueva esclavitud de las Marías?
Todas somos parte de esta historia.
Abre los ojos.
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