Aleluya
"Hay un acorde turbador
Del rey David para el Señor
Y a ti te da lo mismo, no te importa.
Se canta así
La luz, el gris
El mar, el sol, el no y el sí
Y todo junto suena a Aleluya
Aleluya..."
Robi Draco
Puerto Rico, USA
Puerto Rico, USA
Una isla. Oscuridad, evasión, revuelo de ideas, imágenes repetitivas de riqueños cautivos en violencia.
Los países con más violencia del mundo son los que están en vías de desarrollo.
Aquí se ha creído que desarrollo es llenar las carreteras de cemento y vehículos, gastar y comer como si no hubiera un mañana. Olvidamos que el desarrollo material, no es sinónimo de paz, de educación, de autoestima.
¿Qué aparentamos tener en la puñetera cabezota los boricuas ante la crisis en todas sus vertientes: social, económica, energética, ecológica, mirándola pasar como en desfile, conformes, inertes o escapistas, culpando siempre a otros?
Polilla.
Mientras algunos culpan por todo al Gobierno y a los políticos, otros se cantan los más felices.
Es bueno para ellos, supongo, vivir así, enajenados, felices, a salvo.
No sé en qué país viven. No sé en qué país vivo yo. Será que aquí tenemos varios países y yo vivo en el lado oscuro. Ese que llevó al poeta Derek Wallcot a su opinión acerca del deber de la poesía del imperio, en este caso, de la colonia.
Trato de imitar a los felices, admirada, pero me asaltan imágenes de crímenes, enfermedad mental, violencia, inseguridad.
No logro sacarme del cerebro a los que viven marginados, a los indiferentes, a los perdidos en absurdas creencias sectarias, a los que flotan en miedos y conceptos que les zamparon cuando niños, a bofetá limpia y cocotazo. Miedos que se han hecho su única fe.
A quienes ante la desgracia de otros, comentan llenos de apatía: “Se lo buscó." "Bueno que le pase!" "Fue su culpa." "Hubiera jugado pega 3!" "Ríanse y griten Fangooo!”
Aquí se ha creído que desarrollo es llenar las carreteras de cemento y vehículos, gastar y comer como si no hubiera un mañana. Olvidamos que el desarrollo material, no es sinónimo de paz, de educación, de autoestima.
¿Qué aparentamos tener en la puñetera cabezota los boricuas ante la crisis en todas sus vertientes: social, económica, energética, ecológica, mirándola pasar como en desfile, conformes, inertes o escapistas, culpando siempre a otros?
Polilla.
Mientras algunos culpan por todo al Gobierno y a los políticos, otros se cantan los más felices.
Es bueno para ellos, supongo, vivir así, enajenados, felices, a salvo.
No sé en qué país viven. No sé en qué país vivo yo. Será que aquí tenemos varios países y yo vivo en el lado oscuro. Ese que llevó al poeta Derek Wallcot a su opinión acerca del deber de la poesía del imperio, en este caso, de la colonia.
Trato de imitar a los felices, admirada, pero me asaltan imágenes de crímenes, enfermedad mental, violencia, inseguridad.
No logro sacarme del cerebro a los que viven marginados, a los indiferentes, a los perdidos en absurdas creencias sectarias, a los que flotan en miedos y conceptos que les zamparon cuando niños, a bofetá limpia y cocotazo. Miedos que se han hecho su única fe.
A quienes ante la desgracia de otros, comentan llenos de apatía: “Se lo buscó." "Bueno que le pase!" "Fue su culpa." "Hubiera jugado pega 3!" "Ríanse y griten Fangooo!”
Y todos se levantan en una ola, como si esta desgracia nuestra de cada día fuera un chiste.
A lo mejor es eso, un chiste muy oscuro. Un chiste en que la desgracia se mece con rigor mortis sobre la avenida, o se pega un tiro en la sien frente al sistema que le falló. Frente al mundo.
Entonces creo comprender el chiste y me río con labios sellados.
Entonces creo comprender el chiste y me río con labios sellados.
Hemos rebasado la tragicomedia, la ironía.
El humor tenebroso se vuelve sci-fi.
Sólo nos queda una mueca, consciente o inconsciente, pero mueca al fin, plácida, quieta, indolente.
No. No es momento de ser pesimistas. Está probado que ni la melancolía, mal primitivo, ni la fe ciega salvan en grandes crisis o tiempos de guerra.
Guerra, qué extraña palabra. Cuán tristemente nuestra.
Estamos cosidos a un país en guerra que nos posee, nos alimenta y representa.
En tiempos de guerra se zurcen agujeros, se inventan nuevas recetas con lo que aparezca, el arte y la literatura se transforman o deberían, la gente se une a llorar a sus muertos, a compartir el poco pan. Pero de eso tenemos poca conciencia.
Flotamos en la mueca, con la fe de partir para salvarnos o devorarnos unos a otros con tal de seguir prendiendo el aire acondicionado, llenando el tanque de gasolina.
No. No es momento de ser pesimistas. Está probado que ni la melancolía, mal primitivo, ni la fe ciega salvan en grandes crisis o tiempos de guerra.
Guerra, qué extraña palabra. Cuán tristemente nuestra.
Estamos cosidos a un país en guerra que nos posee, nos alimenta y representa.
En tiempos de guerra se zurcen agujeros, se inventan nuevas recetas con lo que aparezca, el arte y la literatura se transforman o deberían, la gente se une a llorar a sus muertos, a compartir el poco pan. Pero de eso tenemos poca conciencia.
Flotamos en la mueca, con la fe de partir para salvarnos o devorarnos unos a otros con tal de seguir prendiendo el aire acondicionado, llenando el tanque de gasolina.
En toda guerra el más débil y pobre
c
a
e
primero.
Por eso tampoco puedo sacarme del cerebro a los que están haciendo algo por los afligidos. Lejos de fanatismo, son los que actúan sin pensar en los políticos como últimos héroes o villanos que nos sepultan o salvan.
Saben que los únicos héroes y villanos con poder de cambio somos nosotros, la gente de todos los días.
La clase media que no le sobra ni un centavo a fin de mes, los pobres que conocen sus derechos y creen en el respeto, en la educación, y todo aquél que desee un país con menos violencia, mayor seguridad ciudadana , salud mental preventiva, menos burocracia, mejor educación gratuita.
Por eso tampoco puedo sacarme del cerebro a los que están haciendo algo por los afligidos. Lejos de fanatismo, son los que actúan sin pensar en los políticos como últimos héroes o villanos que nos sepultan o salvan.
Saben que los únicos héroes y villanos con poder de cambio somos nosotros, la gente de todos los días.
La clase media que no le sobra ni un centavo a fin de mes, los pobres que conocen sus derechos y creen en el respeto, en la educación, y todo aquél que desee un país con menos violencia, mayor seguridad ciudadana , salud mental preventiva, menos burocracia, mejor educación gratuita.
Uno de esos países en que la gente pasea por las calles sin riesgo y se hacen el amor a todas horas sin prisa.
Aleluya!
A veces yo también quisiera ser un órgano intracraneal protagonizando la fuga boricua.
Aleluya!
A veces yo también quisiera ser un órgano intracraneal protagonizando la fuga boricua.
5 comentarios:
parece que te desahogaste
Ana: Yo he pensado a veces que vivo sola en el lado oscuro pero veo que tengo compañía. No sabes la alegría que siento al ver que hay jóvenes boricuas (como tú) que piensan con profundidad, que se preocupan, que sueñan con un mejor país y que tratan de hacer algo desde su trinchera de palabras. Particularmente hoy que acabo de leer sobre las muchas mujeres estúpidas que andan como loquitas imitando a las cuatro descerebradas consumeristas de "Sex and the City". ARGH...
PD. Busqué el Global Peace Index Ranking y me diste excusa para una entrada. Pero no encuentro a PR por ningún sitio. ¿Ese era tu propósito? Yo les escribí ya preguntando y si no somos país porqué no nos ponen de nuevo en la lista de colonias.
eso es correcto.
No es el ciaroscuro de Rembrandt no importa si se esta acompañado, pues aqui nadie respira aire por el otro, estamos solos comiendo el cemento de las nuevas plazas publicas...
La cuestion no es calcular la soledad si no, como crear una criatura que brille entre tantos vacios.
Eyaculación Post-mortem : La vida me sonríe...
Los milagros de una vida
Corta y fea, llena de basura
Con una enorme polla
Para copularnos a todas horas,
Una vida triste y negra
Como el escroto de un cura
Algunos de aquí los presentes
Sonríen y no tienen dudas
Se matan a pajas, se mueren de
Hambre y mientras la vida disfruta
Se limpia el culo con papel de lija
Luego sonríe la hija de puta-
No seas tan fea!! Le dicen las viejas
Las más feas del pueblo, las más feas y putas.
La vida me sonríe la hija de puta,
Se le llena la boca de moscas y escupe
La hija de puta, escupe la hija de puta!
Qué fea es la vida, y qué puta!
qué podríamos hacer aquí adentro, entre tantos mundos? me apunto pa despojarnos de la felicidad absurda y del pesimismo
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