Hoy, 30 de mayo de 2018, sabemos que los muertos a consecuencia del huracán María en Puerto Rico, sobrepasan los cuatro mil.
Quizás, más de cinco mil cadáveres humanos.
Científicamente, podrían ascender a ocho mil. ¡O más!
El gobierno y su fanfarria de sumisos, corruptos y oportunistas lo burla. Lo niega. Se mantiene firme en defender que “sólo” hubo 29, no, 64, no, algún número similar de muertos.
Ante tal Alta Traición a una nación empobrecida, burlada, engañada, ¡DEBEN ser juzgados!
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A continuación, ideas que pude salvar durante días pos-huracán María.
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Viernes, 3 de noviembre de 2017, Puerto Rico.
A 45 días del paso del huracán María, en muerto y en directo desde uno de los puntos más afectados, o sea, desde todo el archipiélago puertorriqueño, continuamos sin servicios de agua, de electricidad, celulares, telefonía e Internet.
En mi hogar perdimos el auto, la puerta, la cortina exterior, la nevera, los closets, su contenido, los libros, muebles, cocina, baños...
Mi madre lucha sin comprender, encamada tras sufrir un CVA que disparó su demencia.
A ratos, cierro los ojos y todo parece una gran muerte en vida. Un Truman Show.
Una vida que mató su propia muerte transformándola en eterna supervivencia, abandono y desesperanza.
Soledad.
A veces duermo. En la sala o en el suelo.
Por el deterioro causado por la humedad, perdimos las habitaciones regulares, excepto la de mi madre.
Nuestra casa es de cemento.
Como el cerebro de muchos políticos y fanáticos.
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María descabronó sistemas biológicos y sociales en Puerto Rico ya atacados de muerte previo al huracán.
Asesinó a decenas de humanos, que en horas se multiplicaron a cientos.
¡Meses más tarde fueron revelados al mundo como miles de muertos!
María nos hizo "time warping". Nos fracturó el GPS cerebral.
Con antifaz socialista, creó un breve estado de aparente violenta igualdad, utilizando métodos Sci-Fi inasibles a nuestro conocimiento. Dejándonos una falsa sensación de “igualitos”.
Horas después de sus últimos destrozos presentó su verdadero rostro:
Se desnudó ante Puerto Rico como un Golpe de Estado Capitalista Gentrificador, nada suave, en una colonia propiedad de los Estados Unidos, que, al momento del hambriento huracán, ya sufría estragos de indigencia mayoritaria.
El desempleo, la desestabilización sociopolítica, aún siendo ciudadanos estadounidenses (latinos, caribeños invadidos por EEUU; AKA, entregados por España como botín de guerra durante la Guerra Hispanoamericana de 1898), fue desde hace décadas nuestra diaria tortura.
La bancarrota gubernamental creada por corruptos, la pobreza en aumento, la inseguridad, los crímenes, la severa crisis política, social y educativa, era historia cotidiana cuando el fenómeno natural nos devoró.
Los precios tetra-inflados que DACO NO controló tras el paso del huracán María.
La carencia de servicios básicos (considerados Derechos Humanos) durante largos meses.
El caos decadente, corrupto y genocida en la mayoría de servicios de Salud.
La maquinaria gubernamental y el plan de supervivencia local “llevados al máximo” sin éxito, demostraron que Puerto Rico NO estaba preparado para resistir y sobrevivir a un desastre natural de tal magnitud.
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Gobernados por nosotros mismos, por brigadas y militares que llegaron más tarde, desarrollamos músculos en zonas laxas cargando agua, árboles, escombros y bienes de supervivencia.
Bañados en sodio como única opción comestible, desarrollamos hipertensión, Estrés Postrauma (PTSD), y una lista de enfermedades y condiciones que, de haber estado verdaderamente PREPARADO el País, nunca habrían ocurrido o sido postergadas.
María nos cortó el cabello, para gastar menos en su aseo.
Se fumó nuestro otoño, transformándolo en memorias históricas borrosas. Oscuras.
Nos inyectó PTSD directo al cerebro sin médicos ni personal preparado disponible para tratarlo como lo que es, una situación de vida o muerte. Una emergencia médica.
Así el escenario, mordimos galletas de soda, entre cadáveres ex-comestibles en las ex-neveras. Entre cadáveres de animales y humanos en las calles hechas ríos.
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Pocos sabían la realidad.
Los “MEDIOS”, en su mayoría, se dedicaron a desinformar, entretener, distraer, enajenar, seguir con la joda que hace décadas adormece la conciencia y empatía de una sociedad puertorriqueña ya enferma de auto-odio.
El “Estadoazotismo”, un primitivo y violento idealismo político pro estadidad de la Isla comparable al Tea Party, reventó más su odio fanático de "puertorriqueños" contra puertorriqueños, excepto con sus cómplices y tontos útiles, entrando en fase Guerra Fría 102 y Alerta Roja en sus pensamientos y palabras con fibra de terrorismo cibernético.
Esclavista, neoliberal, ultraderechista, clasista, racista, bully; ilusionado con ver rodar cabezas, tal idealismo vive por un solo fin:
Obtener PODER Gentrificador en tiempos en que ¡ninguna colonia es sinónimo de democracia o Justicia!
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A mí, el huracán María me dejó loca.
¡Loca de indignidad, dolor y frustración!
¡Loca de furia!
Dejó a mi familia paterna tristemente lejos, como ya lo estaba, y a la materna, menos a tres, muerta de indiferencia bully, como siempre estuvo.
Solo algunos vecinos, amigos y desconocidos nos salvaron a diario.
Unos pancakes, un paquete de huevos, agua, estufa de gas, alimentos no perecederos, útiles de higiene, una neverita cuando hubo energía eléctrica…
Ellos no lo saben, pero ¡NOS SALVARON!
A ellos, ¡GRACIAS!
A los demás, sabemos sus nombres y dónde y por qué se arrastran.
María nos dividió entre egoístas y justos. Entre apáticos y empáticos. Entre cielo e infierno. Entre pobreza escondida y grupos de ayuda posiblemente pobres o damnificados también.
María nos separó física y mentalmente como Pueblo.
Pero ante todo, sacudió la gran mentira a conveniencia del tirano y el traidor:
Las falsa bondad de la indiferencia y la neutralidad.
¡Como poco, un nuevo despertar ante cómplices y corruptos debe ocurrir!
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ALR, Puerto Rico, 2018
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